Qué es el SOP

El SOP es la endocrinopatía (o «singularidad hormonal») más común. Se estima que una de cada diez mujeres en edad reproductiva la padece. Si hacemos cuentas, solo en España sumamos cerca de tres millones de mujeres, ya diagnosticadas o no. Y no puedo dejar de preguntarme cuántas de ellas todavía toman la píldora anticonceptiva (y se arriesgan a sufrir sus efectos secundarios – léase: cáncer, trombos y depresión) porque nadie les ha dicho que meros cambios dietéticos y un pelín de cuidado para no dificultar aún más nuestro intrincado balance hormonal contribuyen (y mucho) a aliviar sus síntomas.

sop ovarios poliquisticos
Ovario normal vs ovario poliquístico

A pesar de su nombre, no todas presentamos quistes en los ovarios. Este hecho, junto con la gran diversidad de síntomas asociados al síndrome, a menudo dificulta que obtengamos un diagnóstico hasta el momento en que intentamos quedarnos embarazadas (sin éxito). El SOP se manifiesta con tres atributos diferenciados (que pueden converger o no). Son los tres criterios de Rotterdam, un consenso al que se llegó en 2003 para facilitar el diagnóstico del SOP. Estos son los propios quistes en los ovarios (ni todas las mujeres con SOP tienen ovarios poliquísticos, ni todas las mujeres con quistes en los ovarios tienen SOP), la anovulación (o esos ciclos irregulares en los que el óvulo no llega a desprenderse, por lo que tanto la fecundación, como el embarazo, dejan de ser plausibles) y el hiperandrogenismo (los rasgos andrógenos o masculinos, como el hirsutismo, pero también la calvicie o el acné). Y para recibir un diagnóstico (apropiado) de SOP (al menos, a día de hoy), debemos presentar como mínimo dos de los tres.

La buena noticia es que los tres criterios convergen en uno: la hiperinsulinemia, los niveles crónicamente elevados de insulina en sangre.

Y la noticia aún mejor… es que sobre ella sí tenemos control: solo tenemos que vigilar lo que comemos. Efectivamente, la intersección entre el SOP y la alimentación es la insulina, esa hormona cuyas fluctuaciones pautan (entre otras cosas) si engordamos o no.
A pesar de que ya se apodaba «la diabetes de la mujer barbuda» desde mucho antes, en 1980 se comprobó que efectivamente las mujeres con quistes en los ovarios presentaban respuestas insulínicas exageradas a la prueba oral de tolerancia a la glucosa, lo que apunta a que el SOP, de hecho, es una manifestación de la resistencia a la insulina o prediabetes.

Y esta tesitura nos otorga un arma que sí podemos blandir a voluntad para aplacar los síntomas del SOP, sin efectos secundarios.

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